EL REFLEJO
Muchos dicen que es leyenda, otros afirman que es cierto, pues la verdad, yo no me atrevería a averiguarlo.
Sucede en Galicia, la actual casa abandonada, de la que cuentan que esta encantada, esta cerca de una plaza con una fuente en medio, pero en una zona no frecuentada por gente.
Es una casa muy grande, desde la cual se ve el mar. Allí dicen que vivía un matrimonio y su hija, el padre de familia era marinero de un barco y trabajaba con mucha frecuencia, recorriendo distintos lugares del mundo y la madre mientras cuidaba de la hija. La hija era una niña muy agradable, de unos 12 años, llamada Anne y esta, tenia una gran afinidad con su padre. Esta le pedía a su padre que de cada lugar que estuviese le trajese un espejo ya que la encantaba verse reflejada y con esto se pasaba horas y horas.
El padre así lo hacía y cada vez que regresaba de un viaje le traía lo prometido, así, viaje tras viaje, la niña consiguió una infinidad de espejos que fue colocando por toda la casa.
Por otro lado la madre se sentía apartada y lo pasaba realmente mal con esa situación, por lo que empezó a odiar a su hija y a pensar que esta era la culpable de que ella y su marido se estuvieran distanciando. Fue entonces cuando empezaron las peleas, gritos, incluso insultos, la niña esperaba siempre ansiosa el regreso de su padre y se pasaba las horas muertas mirando el mar esperando que este apareciese.
Un día que la madre estaba peor de lo normal, cogió una almohada y mientras su hija dormía la asfixio y cuando llegó su marido le dijo que esta había sufrido una fuerte enfermedad y que había muerto.
Cuando el padre entró en el cuarto de la hija vio en el espejo reflejado todo lo que había sucedido, como esta había matado a su hija.
La esposa terminó confesando y fue encarcelada y el marido se fue de la casa para no volver jamás.
La casa aun posee los espejos intactos, los cuales a veces dejan de reflejar tu imagen. Yo he estado en el interior de esa casa, en el cuarto de la niña y es realmente espeluznante.
LA CASA DE LOS CUADROS
Esta leyenda tiene su origen en Portugal, a mediados del siglo XVIII, en un pequeño pueblo alejado de toda civilización. Allí vivía una familia, el padre era soldado y la madre se encargaba de cuidar a la hija cuando el padre estaba lejos. La niña se llamaba Alexandra y tenía unos 15 años cuando se desarrolla la historia, esta, era una niña muy culta a la que le encantaba coleccionar cuadros, los cuales le traía su padre de los distintos sitios que recorría. Esta los iba colocando por toda su casa y le encantaba pasarse horas y horas analizando estos cuadros.
Ella y su padre se llevaban especialmente bien, tenían una buena relación y la madre sentía celos de esto. La madre se sentía muy mal porque notaba rechazo y se pensaba que su hija era la causante de todo esto. Un día que el padre estaba trabando, el cual llegaría en un par de meses, la madre decidió envenenar a su hija para así solucionar el problema. Cuando el padre llegó y preguntó por su hija la madre le dijo que no le podía haber avisado por carta porque era un tema muy serio, pero que su hija había sufrido una enfermedad, como muchas personas por ese tiempo y que había muerto finalmente. El padre desconsolado subió a la habitación de su hija y vio representada la escena de la muerte de Alexandra en uno de los muchos cuadros que tenía en la habitación.
La madre finalmente bajo presión del padre confesó y esta fue encarcelada, el padre por otro lado se fue, para no regresar jamás.
La casa abandonada sigue allí con los cuadros intactos, de los que cuenta la leyenda que a veces cambian de posición.
Su madrastra la odia,
es blanca y morena,
una manzana la mata
aunque su príncipe
la rescata.
Las conclusiones a las que llego a partir de la reflexión sobre esta actividad son; ayuda a la comprensión oral, mejora la capacidad de hacer preguntas adecuadas y ejercita la acción de diálogo.
Desde mi experiencia, digo que la actividad resultó un tanto difícil, en ambas partes, siendo tanto emisora como receptora.
La primera actividad realizada en clase por varias de mis compañeras fue problemática, debido a que las emisoras a veces no daban la suficiente información lo que llevaba a dudas y a formar revuelo, por otra parte tampoco se respetaba siempre el turno de palabra, lo que producía ruido, rompiendo el canal comunicativo, en numerosas ocasiones y otras de las veces eran los propio emisores (entre los que me incluyo) los cuales no respetaban el turno de palabra, o bien se ponían a hablar o bien llegaban hasta tal punto de incomprensión que les llevaba a un sentimiento de rabia y desesperación.
Pero a pesar de todo esto, a grandes rasgos, el dictado me quedó muy parecido al modelo original.
Desde mi otro punto de vista, es decir, emisora, la actividad me resultó aún más problemática pero a la vez más amena, ya que estaba en continuo diálogo. Resultó problemático por el hecho de no poder hacer gestos, por la ausencia de preguntas y por el simple hecho de no saber como expresar la localización de las figuras, pero creo que en general salió bastante bien el resultado final.
